23 de diciembre de 2010

Honor, gloria y tragedia: memoria en imágenes de Jack Lovelock

Siempre que se acerca el final del año me viene a la memoria el trágico final del gran campeón neozelandés John E. Lovelock (5 enero 1910). Médico de profesión, trabajaba en Manhattan cuando el 28 de diciembre de 1949 sufrió un mareo, cayó a la vía y fue atropellado por una locomotora del metro (volvía a casa ese día antes por encontrarse mal). Sufría de doble visión y vértigos desde una caída hípica que había sufrido en 1940.
Una leyenda neozelandesa.
Con un aspecto frágil (1,69m/61kg), este estudiante de medicina fue una gran figura del medio fondo en los años 30´ pese a compartir época con algunos de los más grandes de la historia como Beccali, Cornes, Edwards, Cunningham, Bonthron o Wooderson. Cuarto en el campeonato neozelandés de la Milla en 1930 (nunca fue campeón de su país), completó sus estudios en Oxford gracias a una beca. Al poco de llegar a Inglaterra batía el record británico con 4:12.0 pero sólo acababa séptimo en la final de los 1.500 en los Juegos de Los Ángeles. Consciente de su físico limitado, a partir de ese momento elegiría cada temporada un par de objetivos y se concentraría sobre ellos para imponer su gran clase y su agudo sentido táctico.
Derrotó a todos los grandes.
En las cuatro temporadas de la olimpiada de Berlín puso en práctica esa estrategia de no forzarse y ser derrotado en muchas competiciones menores para prepararse a fondo de cara a los grandes objetivos.
En 1933 ese momento fue la Milla de Princeton frente a la gran figura emergente de los EE.UU., Bill Bonthron, al que derrotó batiendo el RM (4:07.6). En septiembre fue superado por el campeón olímpico Luigi Beccali en la final de 1.500m de los Juegos mundiales Universitarios celebrados en Turín.
En 1934 derrotó a los mejores ingleses encabezados por Jerry Cornes y Syd Wooderson primero en el campeonato de la AAA y después en la final de los Juegos del Imperio disputados en Londres a principios de agosto.
En 1935 volvió a los EE.UU. para derrotar en Princeton a la élite americana encabezada por Bill Bonthron y Glenn Cunningham, poseedores desde el año anterior de los RM de los 1.500m y de la Milla respectivamente. Ese año se impuso en los Juegos Mundiales Universitarios de Budapest ante rivales de poco relieve (entre los que estuvo el recordman español, el catalán Jaime Ángel).
El primer campeón olímpico all-black.
En 1936 sufrió varias derrotas frente a Sydney Wooderson en Inglaterra pero su objetivo eran los Juegos, a los que el inglés llegó lesionado (abandonaría en su serie). En la final olímpica el hombre de negro atacó de lejos y derrotó a una relevante competencia: Cunningham, Beccali, San Romani, Edwards y Cornes, sin olvidar al húngaro Szabó o al sueco Ny. Con una impresionante vuelta final en progresión (57.2), estableció un nuevo RM (3:47.8) que no sería batido hasta 1941 por el gran Gunder Hägg. En octubre fue batido en la famosa Milla de Princeton por Archie San Romani pero el hombre que ya estaba en la leyenda olímpica era el de Jack Lovelock, el primer atleta kiwi en colgarse la medalla de oro abriendo una gran tradición del medio fondo que continuarán los Vernon Boot, Doug HarrisMoss Marshall, Murray HalbergPeter Snell, John Davies, Rod Dixon, John Walker, Dick Quax o, más recientemente, Nick Willis.

Un lejano precedente fue Guy Haskins, un neozelandés que estudiaba en la Universidad de Pennsylvania y fue campeón universitario USA de 880y y de la Milla por los años 1906-07 y que batió tres veces al mismísimo Mel Sheppard en la temporada indoor de 1907-08 pero no pudo acudir a los Juegos de Londres ya que EE.UU. le negó la elegibilidad y Australasia declinó seleccionarlo para no asumir el costo de su viaje a Londres desde los EE.UU.

2 comentarios:

  1. Joder, Enric. Sin coñas: ¿tú hay algo que no sepas de atletismo?

    No sé si te lo he dicho antes, pero enhorabuena por tu blog, es un lujo.

    J. M. Botella.

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  2. Algina cosa hay pero no desespero de aprenderla.

    Un abrazo Juan M.

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